Novena de fuego a la Santísima Muerte.


Esta oración Novena, debe de ocuparse solo en casos muy difíciles o de gran necesidad. La oración se lleva a cabo durante 9 días seguidos, cada día de oración se solicita la intervención de la Santísima Muerte, en algún aspecto de nuestra vida, ya sea protección, justicia, salud, trabajo y amor. Si así lo deseas puedes colocar incienso y velas para novenario, ocuparas una cada día, dejando que se consuman.

Recuerda orar con mucha fe y humildad.

Oración Para Invocar:
Antes de empezar la oración:
Dios Padre Todo-Poderoso, creador del cielo y de la Tierra, de todo lo visible y lo invisible; Señor, te pedimos permiso para invocar a la Santísima Muerte, mi niña blanca, mi rosa maravillosa. Amén.

Oración de Despedida:
Después de terminar la oración:
Gracias por escucharnos; agradecemos la protección que nos brindas y te pedimos que vengas cada vez que seas invocada por nosotros o siempre que alguien de nosotros te necesite, mi niña blanca; gracias te damos, bendita seas Santísima Muerte; gracias por concedernos este gran tiempo de gozo. Gracias Santísima Muerte. Gracias Rosa Maravillosa. Gracias Niña Blanca.


Primer Día:
Se dice la oración de invocación y después:

Poderosa consejera que hablas por mi lado derecho, penetra mi consciencia y aclara aquellas confusiones que opacan mi pensamiento. Permite, poderosa consejera que a mi venga el amor, aleja el odio, aleja el rencor. Ilumina con tu rayo misterioso mi leal corazón. Llama sin descanso a los que amo y transmuta las pasiones oscuras.

Poderosa consejera, cumple esta petición para bien de mi alma, espíritu, y cuerpo,  líbrame de sentimientos que desatan tormentas. Porque creo en mi propia energía que vive en mí.

Se dice la oración de despedida y después rezar un Padre nuestro, un ave María, y una gloria.

Segundo Día (Santa Muerte del Perdón):
Se dice la oración de invocación, y después:

Tú que tienes el libro del destino, conduce mis pasos por el sendero que lleva al perdón y a la bondad.
Cubre con tu manto el rencor y el hambre de venganza que interrumpen mi sueño. Eleva mi espíritu al palacio del perdón para enaltecer en mi, tu luz y alejar la destrucción y la venganza.

Pronuncia tu mandato de nobleza al oído de injustos y despiadados para que tengan presente a toda hora el ilimitado alcance de tu poder. Termina con el odio y llévame por el sendero iluminado de esta vida; lejos del veneno que los despiadados arrojan sobre los desvalidos. Porque creo en mi propia energía que vive en mí. 

Se dice la oración de despedida y después rezar un Padre nuestro, un ave María, y una gloria.

Tercer Día (Santa Muerte de la Salud):
Se dice la oración de invocación, y después:

Tú que posees los secretos de la vida, termina con la enfermedad y el dolor que se ha posado en mi cuerpo y en el de aquellos a quienes amo. Vierte unas gotas de tu elixir poderoso y regresa a mi materia el vigor, la lucidez y la tranquilidad, para que entonces yo pueda seguir adorándote.

Marca con tu mano bondadosa el final del sufrimiento que me toca; limpia con tu manto el mal que yace en mi ser y aléjalo para siempre. Permite que el poder que existe en mi sea librado para terminar
con el mal, sea natural o sobrenatural que llega a hombres y mujeres. Porque creo en mi propia energía que vive en mi.

Se dice la oración de despedida y después rezar un Padre nuestro, un ave María, y una gloria.

Cuarto Día (Santa Muerte de la Verdad):
Se dice la oración de invocación, y después:

Llego a ti Santísima Muerte de la verdad, para pedir con profunda humildad, reveles para este devoto la verdad sobre lo que vengo a preguntar. Dime ser maravilloso y poderoso si es como pienso. Dime si tu balanza se inclina a mi favor o si me encuentro del lado de la culpa. Si estuviera en peligro o si la amenaza se cierne sobre mí, dime querida Santa lo que debo de hacer para que la verdad sea mi poderosa amada.

Así podré seguir el camino y tendré claro que la facultad de estar ante ti es un privilegio fortalecido
por la inconmensurable verdad. Aleja al injusto y habla al justo, en el nombre del altísimo que te da el poder del prodigio. Porque creo en mi propia energía que vive en mi.

Se dice la oración de despedida y después rezar un Padre nuestro, un ave María, y una gloria.

Quinto Día (Santa Muerte de la Justicia):
Se dice la oración de apertura, y después:

Tú, que empuñas el arma justiciera; tú, que sabes el decreto de la luz; obra en mí, para terminar con aquellos asuntos que anuncian peligros superiores. Manda una estrella de tu mano a mi ser, para que pueda alcanzar la oportunidad de contemplar de nueva manera, la obra que me ha sido encomendada.

Tú, que eres justa y amorosa, termina con los injustos que llegan con hambre ilimitada a las cosas que no les pertenecen. Aleja de mi vida los efectos de la brutalidad egoísta y llama a mi abrigo, la justicia que a este devoto corresponde. Corta con tu espada el hielo que me une a aquellos que tienen nublado el corazón. Santísima Muerte de la justicia, cuídame con tu espada poderosa y resuelve a mi favor todo asunto que se requiera. Porque creo en mi propia energía que vive en mi. 

Se dice la oración de despedida y después rezar un Padre nuestro, un ave María, y una gloria.

Sexto Día (Santa Muerte Protectora):
Se dice la oración de invocación, y después:.

Seas bien amada Santa Muerte, que el peligro y la aventura son parte del camino por el que transito en esta vida. Permite amada Muerte, que tu protección y salvaguarda estén de mi lado, para mantener distantes el peligro y la amenaza.

Permite amada Muerte, que los ojos de mis opositores no vean mi presencia ni las huellas de mis pasos que conducen a tu templo, donde majestuosa aguardas paciente el fin de los tiempos. Coloca una venda en los ojos de los contrincantes si la causa es justa. Entonces yo te nombrare 9 veces cada noche, para que tu presencia sea mi escudo poderoso, que permita cumplir tu misión. Porque creo en mi propia energía que vive en mi.

Se dice la oración de despedida y después rezar un Padre nuestro, un ave María, y una gloria.

Séptimo Día (Santa Muerte del Trabajo y del Dinero):
Se dice la oración de invocación, y después:

Maravilloso ser poderoso, coloca ante mi tu escalera para subir por ella los peldaños del progreso.
Permite, Santísima Muerte, llegar a las alturas que dominan la materia para entonces abrirme a las regiones iluminadas de tu sabiduría ilimitada. Llama a mi espíritu la riqueza para llevarle también a los que necesitan mi ayuda en esta vida. Has que en mi trabajo, nada ni nadie atente contra mí y si este no tuviera, abre con tu llave la puerta de la buena fortuna.

Nueve veces al día pronunciaré tu nombre poderoso y nueve monedas todos los viernes llegarán a manos desconocidas para que se tenga presente mi convenio contigo amada Muerte y nunca falte nada a este devoto que te ama. Porque creo en mi propia energía que vive en mi.

Se dice la oración de despedida y después rezar un Padre nuestro, un ave María, y una gloria.

Octavo Día (Santa Muerte del Poder):
Se dice la oración de apertura, y después:

Ante tu imagen prodigiosa postro mi cuerpo como muestra de profunda y sincera devoción. Aleja de mí vicios, malas costumbres y conductas reprobables. Aleja de mí, acciones que atraen sombra a mis pensamientos, Aleja a las pasiones que encadenan mis sueños y condenan mi destino.

Aleja a aquellos que se han adueñado de mi voluntad. Aleja a los detectores de la materia y llévame al camino que iluminará mi vida, para que entonces con una vela blanca, recuerde los días en que la dicha está conmigo, al contar con tu poder ilimitado. Ante tu imagen prodigiosa agradezco de antemano tu favor y tu presencia a toda hora y en todo lugar. Porque creo en mi propia energía que vive en mi. 

Se dice la oración de despedida y después rezar un Padre nuestro, un ave María, y una gloria.

Noveno Día (Santa Muerte del Amor):
Se dice la oración de invocación, y después.

Tú que conoces toda la imperfección, sabes que las llamas ardientes de la pasión queman sin piedad mi corazón, Llama al ser que amo; dile que mi necesidad consume mi cuerpo; dile que a toda hora está su imagen en mí presente; dile que lo necesito y no le deseo mal alguno; dile que es imperiosa su presencia y que mi fuego puede calentar la morada que anhela. Llámale, tráele a mi lado si esto es para bien; y si no fuera así, Santísima Muerte, dame la fuerza y la paciencia para entender al ser que amo, y por amor a ti, abrir la jaula que aprisiona mi corazón. Entonces, el ser que amo, será libre y yo habré cumplido; si es para mí, que venga; y si no que vuele y llegue a mi vida el ser que me corresponde. Porque creo en mi propia energía que vive en mi.

Se dice la oración de despedida y después rezar un Padre nuestro, un ave María, y una gloria.

Nota: No confundir esta Novena de fuego, con la Novena de amor.


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