Santísima Muerte querida de mi corazón, no me desampares de tu protección. Y desde este momento cubre mi casa, trabajo o negocio; para que traigas energías positivas, para que nunca falte nada, y que todas nuestras necesidades sean cubiertas, por la energía divina del Dios Padre.
Por las virtudes que tú posees, lograré vencer todos los obstáculos y no se me impondrán personas que sean mi mal, sino gente positiva que sólo sabe amar y respetar a todos los seres humanos que habitamos éste planeta.
No ambiciono riquezas, sino una vida justa y sin carencias de nada. Protégeme y a mis seres queridos de noche y de día. Amén.
Se rezan tres padres nuestros y se enciende una veladora o vela blanca, para agradecer los favores de Dios Padre.
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