Historia

El culto a la Santa Muerte es un acto de Fe y veneración profunda, pues como su nombre lo indica la consideramos una Santa, que ayuda y protege a todo aquel que se acerca a ella a pedirle favores. En la actualidad el número de sus devotos aumenta a un ritmo acelerado en América principalmente en el Centro y Sudamérica.

Su culto se remonta a la época prehispánica, cuando los Mexicas adoraban a las deidades de la Muerte: Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl, el señor y la señora del Mictlan el Reino de los muertos o del Inframundo. A quienes se les encomendaba a los muertos o se le invocaba para conseguir sus favores relacionados con la muerte.

El templo de Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl se encontraba en el centro ceremonial de la antigua ciudad de México Tenochtitlan, su nombre era Tlalxico que significa “ombligo de la tierra”. En el cual existían diferentes representaciones de la muerte representados casi siempre en figuras de calaveras talladas en piedra, en barro, o bellamente pintadas en los libros antiguos llamados códices.

Con la llegada de los españoles el culto a la Muerte disminuyo en gran medida, pero permaneció en secreto. No fue sino hasta los años 60 en los que reapareció  en el Estado de Hidalgo y se fue extendiendo, al grado de que tan solo en México cuenta con más de dos millones de  creyentes.

En otras culturas el culto a La Muerte también estuvo presente, los Mayas que reverenciaban al Dios Ah Puch Rey de Xibalbá (Inframundo). En el caso de los Griegos estaba el Dios Hades que reinaba en el Inframundo.

Entre los judíos y musulmanes esta Azrael (El Angel de la Muerte), también llamado Abu Yaria.

Azrael generalmente se le describe como un arcángel bajo las órdenes de Dios, defensor de un concepto de la Muerte menos lúgubre que el habitual en sus personificaciones más conocidas. Dependiendo del punto de vista de las diferentes religiones en las que aparece Azrael, éste reside en diferentes lugares, pero el más habitual es el tercer cielo. Otras versiones defenderían que renunció al cielo para, con un coro de ángeles a su cargo,rescatar las almas mandadas al Infierno, estando por tanto localizada su residencia en el último círculo del mismo, donde podría también procurar que los demonios se mantuvieran en su lugar.

En el Islam la muerte es vista como un evento a celebrar en lugar de un ser temible. Es el paso del alma eterna en una dimensión más cercana a su creador que es visto como un punto de alegría, en vez de la miseria, el dolor o la tristeza.