Tomar entre las manos un diente de ajo o un ajo macho y hacer con mucha Fe la siguiente oración.
Milagroso ajo, que fuiste puesto en el Monte Calvario donde Jesús murió para darte eterna luz y librarnos de todo mal. Líbrame de cárceles y demonios, cuando mis enemigos intenten matarme o herirme; que sus ojos no me vean, que sus pies no me alcancen, que sus manos no me agarren, que las armas de fuego no disparen, que los cuchillos se desvíen y que el mal no me persiga. Milagroso Ajo de la bondad, retírame envidias, apártame de los enemigos, ayúdame en mi trabajo o negocio, asegúrame el cariño de los que me rodean, Amen.
Deberás llevar contigo el diente de ajo o el ajo macho.
Deberás llevar contigo el diente de ajo o el ajo macho.
Que se hace después con el ajo
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