Limpieza o Mantenimiento del Altar.

En el culto a nuestra Señora la Santísima Muerte, la limpieza de nuestras imágenes y su altar es muy importante, La  limpieza se debe realizar cada nueve, cada dieciocho o cada veintisiete días, en caso de no poder realizar la limpieza en los días recomendados, esta se puede realizar los días Martes. La hora recomendada es al medio día, puede ser unas horas antes o después, pero nunca de noche , de madrugada o cuando hay condiciones climáticas adversas. 

La limpieza consiste en limpiar su imagen, en lo personal acostumbro hacerlo con un toalla blanca de algodón (uso exclusivo)  humedecida con una mezcla de agua bendita , ruda y albahaca. Después de retirar el polvo con la toalla húmeda, la seco con otra toalla de algodón y la perfumo con esencias de acuerdo al color de su Imagen.

También se debe lavar el mantel, sacudir los platos, vasos, incensarios, y todos los elementos que integran el altar. Con excepción del mantel, los objetos se limpian con un trapo húmedo o se sacuden, pero nunca se lavan, porque se debe conservar la esencia de la ofrenda ahí depositada. Basta con que se limpie bien el recipiente y se vuelva a poner en su sitio. En el mantel se deposita toda la energía buena y mala del altar; por ello se lava para mantenerlo siempre puro.

En cuanto a las ofrendas como: el pan, dulces, comidas, bebidas o frutas destinadas a la Santa Muerte, se deben cambiar regularmente  puesto que son perecederos. Las ofrendas que ya cumplieron con su cometido, se deben colocar al pie de un árbol lejos de casa y agradecer a la Santísima Muerte por los favores o bendiciones recibidas.

Hay personas que fuman el puro, ingieren la comida o la bebida; esto se puede hacer pero tomando en cuenta que la comida de cualquier tipo, la bebida, e incluso los puros o cigarros pierden su sabor y su aroma original. La creencia es que la Señora bebió, comió, o fumó los elementos de la ofrenda; por eso, aunque la materia está físicamente, la esencia se ha perdido.

Se aconseja cambiar el agua de las flores y tirar las que ya estén secas, ya que absorben la energía del medio ambiente. Cuando las flores ya estén secas deben de sustituirse.

Las veladoras, velas, o cualquier otra luz del altar deben permanecer hasta que se consuman, a menos que se pongan exageradamente negras o que echen demasiado humo, lo que demuestra que hay una energía muy negativa. Nunca debe falta una vela o veladora en nuestro altar.

Si se trata de velas usadas en algún ritual especial y que no tienen nada que ver con la ofrenda normal del altar, es primordial envolverlas en papel periódico y desecharlas lo más pronto posible.

Cuando veamos que el agua tiene presencia de polvo o que a bajado su nivel en el vaso, debemos tirar el agua, limpiar el vaso y llenarlo nuevamente. No debe faltar el agua en el altar.

Al terminar la limpieza, acostumbro hacer una oración en agradecimiento y en espera que la limpieza realizada, haya sido de su agrado,

Recordemos que La Santísima Muerte es parte de nuestra familia y debe ser tratada con Amor y respeto. En mi humilde opinión lo mínimo que podemos hacer en agradecimiento, es mantener limpia su Imagen y su Altar.

Así se ve mi altar, después de una limpieza.